RESEÑA: Tras “Las viudas tenaces”, el
divertido cuento que abre este libro, protagonizado por un poeta melancólico y
solterón, el lector irá descubriendo, casi siempre con un amago de sonrisa en
la boca, a una fauna dispar de poetas extravagantes, novelistas en dique seco o
cuentistas perplejos, habitantes todos de un extraño universo provinciano.
Encargos literarios, curiosas tertulias de café, chocarreros premios literarios
o disparatadas entrevistas radiofónicas. Metaliteratura en estado puro. Una vez
más la ironía, aliada con el estilo envolvente y arrollador de Ignacio Sanz,
nos abre las puertas de un mundo rico en matices y nos invita a una fiesta en
su plenitud narrativa.
Tres de los relatos incluidos
en este volumen son un correlato de la vida real (Cuentos para adelgazar,
Hilario Duela y La noche bruja). De hecho, la práctica totalidad de los relatos
reunidos en este libro se basan en acontecimientos reales que el autor
transforma en mayor o menor medida.
‘Cuentos para adelgazar’ narra cómo una editora catalana llama al autor para
ver si puede ir a Madrid porque tiene un negocio que ofrecerle: hacer cuentos
para adelgazar. Ya que la gente dispone de poco tiempo para leer, que al menos
escuche. Se trataría de hacer adaptaciones de cuentos de autores clásicos
(obra, eso sí, libre de derechos de autor), dejándolos en dos o tres folios,
destinados a ser escuchados mientras se adelgaza, mientras la gente corre en
chándal por el parque o camina
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